Un delito cibernético lo puede cometer un delincuente en cualquier parte del mundo con conexión a internet. Los efectos adversos de los delitos cibernéticos se pueden experimentar fuera del país donde reside el perpetrador. La naturaleza transnacional de estos delitos desafía las nociones de jurisdicción y requiere de la cooperación de los agentes de la justicia penal en todo el mundo (consulte también la Serie de Módulos, especialmente el Módulo 11 Cooperación Internacional para Combatir la Delincuencia Organizada Internacional). Se ha observado esta cooperación, por ejemplo, en las investigaciones internacionales de mercados ilícitos en línea (o mercados negros), como Darkode (es decir, un mercado negro conocido por vender bienes y servicios ilícitos, que incluyen acceso a datos robados y programas maliciosos). Los esfuerzos coordinados entre las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley de 20 países condujeron a la identificación, arresto y registro de los miembros y asociados de este sitio (Departamento de Justicia de los Estados Unidos, 2015). A pesar de esto y de otros esfuerzos cooperativos exitosos entre países, todavía existen barreras para la cooperación internacional contra los delitos cibernéticos. Este módulo explora las nociones de soberanía y jurisdicción relacionadas con el delito cibernético, los mecanismos de cooperación internacional y los desafíos para la cooperación internacional.