La delincuencia organizada se define comúnmente en términos generales. El uso de expresiones como actividades «ligadas al hampa», delitos que son «característicos de la mafia», y otros términos sugerentes no ayudan a diferenciar a la delincuencia organizada de los delitos convencionales de una manera objetiva. Este módulo está diseñado esclarecer la clasificación de la delincuencia organizada y su diferenciación en relación a otro tipo de delitos tradicionales.
La Convención contra la Delincuencia Organizada en su artículo 5 ofrece a los Estados parte dos alternativas para penalizar la participación en un grupo delictivo organizado: confabulación y asociación delictiva. Estas tipificaciones crean responsabilidad penal para las personas que participan de manera intencional o contribuyen con las actividades delictivas de grupos delictivos organizados. Están dirigidas a afrontar la delincuencia organizada en su núcleo penalizando actos que involucran la participación o contribución a un grupo delictivo organizado. Las tipificaciones están diseñadas para ser preventivas, creando una responsabilidad diferenciada frente a la tentativa o la comisión de la actividad delictiva. Establecen que aquellos penalmente responsables son los que se asocian para realizar actividades delictivas, incluso si no han cometido un delito aún. Asimismo, pueden extender la responsabilidad penal a situaciones en las que se anticipa y es posible que el delito ocurra, pero en las que el delito específico aún no se ha materializado. También aplican a grupos de personas que actúan de manera concertada para cometer delitos (graves) (p. ej. suministro de bienes o servicios ilícitos o infiltración en empresas o Gobiernos).
En términos simples, la confabulación es un delito que se basa en un acuerdo para cometerlo, mientras que la asociación delictiva es un delito por el hecho de participar en las actividades de un grupo delictivo organizado. La confabulación se usa en los países de derecho anglosajón como Canadá, Myanmar, Pakistán, Uganda y Estados Unidos, y la asociación delictiva es el principio utilizado en los países de tradición jurídica romanista como Argelia, Francia, Gabón, Alemania, Italia, Rumania, España, Turquía y Venezuela. Muchos países como el Reino Unido tienen actualmente elementos de ambos modelos a la vez.