Los grupos delictivos organizados, así como las pandillas, y los grupos terroristas son similares y operan en el mismo espacio. La división entre estos grupos no siempre es clara, lo que sugiere la existencia de un continuo entre ellos. Sin embargo, las divisiones son más claras en cuanto a su relación con el tráfico ilícito y las armas de fuego y su mal uso.
Los ejemplos que se brindaron en este módulo han resaltado las distintas necesidades por armas de cada grupo. Los grupos delictivos organizados las pueden usar para protegerse, cometer delitos y como productos para comercializar con otros grupos. Las pandillas, en particular aquellas de menor escala, suelen usar armas de fuego como una herramienta de protección e intimidación, en vez de usarlas como un bien de intercambio. Los grupos terroristas las tratan principalmente como una herramienta para acceder al poder y para cometer delitos. Rara vez hubo casos en los que grupos delictivos organizados y grupos terroristas intercambiaran armas por bienes culturales.
Hay diferencias evidentes entre grupos delictivos organizados y terroristas, pero en el nuevo contexto globalizado también debemos considerar el involucramiento de grupos terroristas en conductas delictivas, su nivel de sofisticación y politización y su dimensión internacional con mayor relevancia dada a la función central que tiene el tráfico ilícito de armas de fuego en sus acciones, desarrollo y evolución. Es evidente que la falta de suministros de armas de fuego dificultaría el control de territorios o la ejecución de atentados a niveles locales para estos grupos.
Al promover un enfoque más completo, este nuevo paradigma se aleja poco a poco del enfoque tradicional de una sola amenaza y aborda el tráfico ilícito y obtención de armas de fuego por estos grupos como una prioridad.
Lo que es evidente es que todos los esfuerzos de la comunidad internacional, o de un Estado individual, que afronte el flujo ilícito de armas de fuego, también debe abordar a los grupos delictivos organizados, a las pandillas y al terrorismo como un continuo y parte integral del problema. Cualquier intento con un enfoque individual reducirá considerablemente los efectos de las intervenciones.