Una característica distintiva del tráfico de armas de fuego que lo diferencia de otras formas de circulación ilegales es su naturaleza ubicua y duradera. Los Gobiernos fabrican o importan armas de fuego para sus operaciones militares o de cumplimiento de la ley, así como para abastecer la demanda de armas de fuego por parte de civiles para fines lícitos (la caza, las actividades recreativas o la protección personal). Sin embargo, las armas de fuego también se utilizan en enfrentamientos armados y son, con mucho, el arma de elección de preferencia en la comisión de delitos violentos y terrorismo.
Mientras que el problema del tráfico, adquisición y uso ilícito de armas de fuego representa una minoría en comparación a la gran mayoría de armas que se producen, comercian y adquieren de forma legal, la naturaleza y el impacto de estos problemas son desproporcionalmente elevados y comunes para casi todos los Estados. No obstante, las consecuencias negativas y el impacto de estas armas de fuego en la paz, la seguridad y el desarrollo tienen mayor probabilidad de percibirse y afectar más a los países en desarrollo y a los menos adelantados, que suelen carecer de los recursos, capacidades y mecanismos necesarios para responder de manera adecuada a estas amenazas, y donde incluso cantidades pequeñas de armas de fuego ilícitas pueden tener efectos perturbadores y desestabilizadores en la seguridad de los ciudadanos.
Las respuestas nacionales e internacionales a estos problemas incluyen una amplia variedad de medidas reglamentarias y de otro tipo para mejorar el control sobre las armas de fuego y así prevenir que acaben en manos de delincuentes. Sin embargo, la implementación nacional y la cooperación internacional efectiva para luchar contra esta amenaza sigue siendo un desafío. A pesar de esto, no se sabe lo suficiente acerca del alcance y la dimensión real de la circulación de armas de fuego ilícitas debido a la falta generalizada de datos e información confiable de parte de los Estados sobre estas armas de fuego y la naturaleza oculta de su circulación ilícita. Se requieren más investigaciones basadas en pruebas sin sesgo para lograr ver el panorama general mejor y comprender este fenómeno a nivel local, regional y, en especial, mundial.
A comienzos de la década de 1990, dos términos diferentes —armas de fuego y armas pequeñas y armas ligeras— surgieron en el contexto de dos procesos paralelos de las Naciones Unidas. El primer proceso se centraba en la prevención del delito y en la justicia penal, y abordó el uso delictivo de las armas de fuego, entre otros aspectos. El segundo proceso se centraba en los conflictos armados y el desarme, así como en las armas en posesión de militares, la no proliferación y la prevención de la violencia armada. Durante un largo tiempo, estos dos procesos de la ONU y las investigaciones relacionadas se ejecutaron en paralelo y desde dos perspectivas diferentes —la primera, la de prevención del delito; la segunda, la del desarme y conflicto armado—, a pesar de las obvias superposiciones conceptuales y prácticas entre ambas (UNODC, 2015).
Una década después, ambos procesos llevaron a la aprobación de varios instrumentos internacionales por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas: El primer proceso terminó con la adopción de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada (UNTOC) en diciembre del 2000 y mayo del 2001, y sus tres protocolos suplementarios sobre Trata de personas, Tráfico de migrantes y Armas de fuego, respectivamente. La Convención y sus dos primeros protocolos entraron en vigor en el 2003. El último, el Protocolo contra la fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego, sus piezas y componentes y municiones (Protocolo sobre armas de fuego), se aprobó en mayo del 2001 y entró en vigencia en el 2005. El segundo proceso que se centraba en el desarme y la no proliferación del Programa de Acción de las Naciones Unidas sobre el comercio ilícito de armas pequeñas y ligeras (PoA) terminó poco después en julio del 2001, como un instrumento mundial pero no vinculante (Parker y Wilson, 2016). Este se complementó con otro instrumento no vinculante en el 2005, el Instrumento internacional para la localización. Los detalles sobre estos instrumentos y las relaciones entre sí se pueden encontrar en el Módulo 5.
La dicotomía en principio intencionada entre las pistolas utilizadas en delitos y las personales, y las pistolas utilizadas en conflictos y las armas militares nunca se ha aplicado en la práctica de manera consistente. Por lo general, estos términos se emplean como sinónimos intercambiables.
La Serie de Módulos sobre Armas de Fuego usará el término armas de fuego para referirse a ambos términos de forma indistinta. Se recurrirá a los otros términos solo cuando el contexto o la fuente de referencia requieran el uso específico del término armas pequeñas o armas pequeñas y armas ligeras.
El Protocolo sobre armas de fuego ofrece una definición legal de arma de fuego que se basa en sus características técnicas: su portabilidad («toda arma portátil») y su mecanismo funcional («armas de cañón… que estén concebidas… para lanzar un tiro… por la acción de un explosivo»). Esta definición es técnica y no distingue entre las categorías o los tipos de armas de fuego, sus usuarios legales (por ejemplo, las armas personales o militares) o su uso previsto (por ejemplo, la caza, el tiro deportivo, la seguridad o la defensa). Como tal, la definición es lo suficientemente extensa para aplicarse a todo tipo de arma de fuego que se ajuste a la descripción técnica. El Módulo 2 brinda una explicación de la importancia y la relevancia de las definiciones legales, así como de una clasificación adecuada de las armas de fuego.
Artículo 3(a) Protocolo sobre armas de fuegoPor arma de fuego se entenderá toda arma portátil que tenga cañón y que dispare, esté concebida para disparar o pueda transformarse fácilmente para lanzar un tiro, una bala o un proyectil por la acción de un explosivo, excluidas las armas de fuego antiguas o sus réplicas. Las armas de fuego antiguas y sus réplicas se definirán de conformidad con la legislación interna. En ningún caso, sin embargo, podrán incluir armas de fuego fabricadas después de 1899; Fuente: Firearms Protocol, 55/255 (2001). |
En cambio, no hay una definición legal o aceptada universalmente de armas pequeñas y armas ligeras (APAL). En un principio, el término se concibió para referirse a las armas que utilizan las fuerzas armadas, aunque en la práctica suele incluir también algunos tipos de armas comerciales.
La primera definición y la más reconocida se presentó en el informe de 1997 por parte del Grupo de Expertos Gubernamentales sobre armas pequeñas de las Naciones Unidas (GGE) el cual debía abordar «Los tipos de armas pequeñas y ligeras que se utilizan actualmente en conflictos» (UNGA, 1997). El GGE brindó una lista de distintos tipos de armas, clasificadas de acuerdo a su portabilidad: las armas pequeñas son las destinadas al uso personal y las armas ligeras son las destinadas a ser usadas por dos o más personas, una bestia de carga o un vehículo ligero:
«Todas las armas que disparan un proyectil, con la condición de que la unidad o sistema la sostenga un individuo, un grupo pequeño de personas, o la transporte una bestia de carga o un vehículo ligero. Armas pequeñas: revólveres y pistolas automáticas, fusiles y carabinas, fusiles de asalto, metralletas, ametralladoras ligeras. Armas ligeras: ametralladoras pesadas, lanzagranadas portátiles (con y sin soporte), cañones portátiles antiaéreos y antitanques, fusiles sin retroceso, lanzadores portátiles de misiles antitanques y sistemas de cohetes, sistemas de misiles antiaéreos y morteros de calibre inferior a 100 mm» [cita traducida]. Fuente: UNGA (1997a, para. 26 and 27(a)) |
El Instrumento internacional de localización (ITI), propone una definición ecléctica de las armas pequeñas: «toda arma portátil y letal que dispare o lance, esté concebida para disparar o lanzar ,o pueda transformarse fácilmente para disparar o lanzar un tiro, una bala o un proyectil por la acción de un explosivo, excluidas las armas pequeñas y ligeras antiguas o sus réplicas» (párr. 4, ITI).
Ante la ausencia de una definición legalmente convenida se procuró, en especial por parte de la comunidad de investigadores, mejorar y ampliar aún más la definición de armas ligeras para incluir en su lista a los sistemas de morteros de calibre superior a 120 mm, los artefactos explosivos improvisados (AEI) y los lanzadores improvisados para cohetes de artillería, a fin de reflejar el aumento notable del uso de los AEI en el mundo, así como la capacidad para utilizar cohetes de artillería y morteros de mayor calibre como armas ligeras (Small Arms Survey, Definiciones).
La definición de arma de fuego adoptada por el Protocolo sobre armas de fuego coincide en gran medida con la de armas pequeñas e incluye muchas armas ligeras, en especial, las armas de cañón como las ametralladoras pesadas, las cuales son demasiado grandes como para que una sola persona las transporte y use (UNODC 2015). Como se explicó en el Small Arms Survey (Parker y Wilson, Small Arms Survey 2014) y luego refiriera la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) (UNODC, 2015), las dos diferencias entre ambos términos no son tan relevantes y suelen hacer referencia al mecanismo funcional de las armas (las armas de fuego requieren de la acción de un explosivo para lanzar un tiro, una bala o un proyectil, mientras que las APAL disparan o lanzan, por lo que incluyen aquellas armas que utilizan proyectiles autopropulsados), su estructura física (un arma de cañón, lo que excluye a las armas ligeras que utilizan tubos o rieles, como los sistemas portátiles de defensa antiaérea (MANPADS)) y el tipo de munición (municiones a base de cartuchos). Sin embargo, en la práctica, estas diferencias técnicas no son tan relevantes y no afectan el uso de los términos propuestos en estos módulos universitarios.
Munición: Las definiciones de munición también varían en gran medida. Sin embargo, por lo general, incluyen los cartuchos, misiles, cohetes y otros proyectiles que se disparan con armas pequeñas y armas ligeras. Las granadas de mano y las minas terrestres suelen clasificarse como armas ligeras o munición. Los explosivos que no se incluyen dentro de los cartuchos de munición suelen excluirse del todo. El Protocolo sobre armas de fuego hace referencia solo a la municiones para armas de fuego y las define como «cartucho completo o sus componentes, entre ellos las vainas, los cebos, la carga propulsora, las balas o proyectiles utilizadas en las armas de fuego, siempre que esos componentes estén de por sí sujetos a autorización en el respectivo Estado parte» (UNGA 2001a, artículo 3, subpárrafo (c)).
Piezas y componentes: El Protocolo sobre armas de fuego define piezas y componentes como «todo elemento o elemento de repuesto específicamente concebido para un arma de fuego e indispensable para su funcionamiento, incluidos el cañón, la caja o el cajón, el cerrojo o el tambor, el cierre o el bloqueo del cierre y todo dispositivo concebido o adaptado para disminuir el sonido causado por el disparo de un arma de fuego» (UNGA 2001a, artículo 3, subpárrafo (b)). Otras piezas y componentes que son necesarios para el uso básico y previsto de las armas de fuego y las armas pequeñas y ligeras —pero que no se incluyen en el régimen del Protocolo— son por ejemplo las culatas, empuñaduras, guardamanos, tambores, gatillos y seguros de gatillo. Las piezas individuales de las armas de fuego no solo pueden fabricarse y traficarse de manera ilícita, sino que también pueden adquirirse de forma legal (en especial, de países que tienen regímenes de control menos estrictos para las piezas que para las armas de fuego terminadas) y utilizarse para montar y crear un arma de fuego completamente funcional de manera ilícita. El control efectivo de las piezas y componentes es tan importante como el de las armas de fuego y municiones. Por lo tanto, es de vital importancia comprender qué piezas entran dentro de un régimen de control nacional mucho más rígido, así como detectar los posibles vacíos dentro de las jurisdicciones.
Accesorios: Artículos que buscan incrementar la efectividad o utilidad de las armas de fuego, pero que no se consideran indispensables para su funcionamiento básico. El término accesorio no se define en el Protocolo o en otros instrumentos. Sin embargo, se refiere a los artículos que, aunque no son indispensables para el funcionamiento y uso previsto del arma, se incorporan físicamente para aumentar su efectividad y utilidad. Algunos ejemplos de accesorios principales son los visores, telémetros láser, sistemas de control de tiro e iluminadores láser (UNODC 2015).
Debido a los conflictos y a la inestabilidad política, hay millones de armas en circulación en todo el mundo que se transfieren por medio de mercados legales e ilícitos. Cada día, se producen, venden, exportan o importan miles de armas, piezas y componentes, accesorios y municiones en el mercado mundial debido a una variedad de razones. Por lo general, estas suelen ser de seguridad (necesidad de armas de fuego para policías, militares, entidades de seguridad privada, seguridad personal) o para uso recreativo (caza, deportes, colecciones). Sin embargo, las armas de fuego desempeñan un papel destacado en la generación de violencia armada, delitos e inseguridad. Además, son una mercancía lucrativa que genera ingresos para financiar otras actividades ilícitas. Las armas de fuego, además de ser comparativamente baratas, tener amplia disponibilidad, ser extremadamente letales, fáciles de usar, portátiles y ocultables, se encuentran entre las mercancías del mercado negro más pedidas en el mundo.
Cada año, las armas de fuego son responsables de un gran número de muertes en conflictos armados y aún más en situaciones no causadas por conflictos. Como señala la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, 2019a):
«Ninguna región en el mundo está exenta de las consecuencias dramáticas de la violencia que causan estas armas. Mientras que el número de muertos en el contexto de los conflictos armados se conoce, menos evidente pero aún más dramático, es el hecho de que en las situaciones no causadas por conflictos que implican el uso de armas de fuego se pierdan más vidas a nivel mundial que en guerras o conflictos en curso. Los problemas asociados a violencia por el uso de armas de fuego cubren todo el espectro de la seguridad humana: desde niveles elevados de inseguridad física individual (violencia doméstica, urbana, de pandillas y delictiva) con consecuencias económicas y sociales graves para la sociedad en general hasta los conflictos armados a gran escala en los que estas armas facilitan la violencia generalizada y son responsables de la mayoría de muertes» [cita traducida]. (UNODC Global Firearms Programme)
Es muy difícil controlar la circulación ilícita de armas de fuego, así como prevenir su hurto, pérdida, desvío, tráfico y uso. Los Módulos 3 y 4 brindan mayor información sobre la dinámica del mercado de armas legal e ilícito, y sobre cómo las armas se mueven del uno al otro.
¿Cuán grande es el mercado? ¿Es posible calcular el número de armas de fuego que circulan en el mundo?
En efecto, es bastante difícil calcular el inventario mundial de armas de fuego, ya que la información de acceso público disponible sobre productores —lo que incluye el tipo, cantidad y valor de sus productos—y propietarios suele ser dispersa, incompleta e inexistente. A menudo, la información y los datos sobre las reservas militares existentes, la producción, importación y exportación legal, así como sobre las armas en posesión de las fuerzas del orden se consideran clasificados y los Estados no los comparten de manera pública. Asimismo, la información acerca de la posesión de armas por parte de civiles es dispersa e incompleta.
En el 2007, Small Arms Survey publicó su primera estimación respecto a la posesión de armas a nivel mundial, que se tradujo en un total de 875 millones de armas de fuego, la gran mayoría en posesión de civiles, entre ellos los grupos delictivos y las pandillas (aproximadamente 650 millones o 74 %), menos de un cuarto (aproximadamente 200 millones) en posesión de militares y cerca de 26 millones (3 %) en posesión de las fuerzas del orden. (Karp, 2007, Small Arms Survey). En la década siguiente, ante la ausencia de datos más precisos, estas cifras se volvieron cálculos casi oficiales, y en reiteradas ocasiones las citaron y referenciaron académicos, responsables de la formulación de políticas y profesionales. En el 2018, Small Arms Survey revisó y actualizó sus cifras y publicó un nuevo informe (Informe de 2018), el cual presentó un cálculo total de 1 013 millones de armas de fuego en circulación (consulte la tabla 1.2). Este nuevo cálculo representa un aumento total de 15.7 % en comparación con las cifras anteriores.
Civilians (857 million) | Civiles (857 millones) |
Law enforcement (22.7 million) | Fuerzas del orden (22.7 millones) |
Military (133 million) | Militares (133 millones) |
Gran parte de este incremento se debe al aumento del 32 % en el cálculo total de armas de fuego en posesión de civiles (857 millones o 84.6 %). Además, estas nuevas cifras [indican una disminución de 133 millones (-13.1 %) en las armas de fuego en posesión de militares, así como en las que se encuentran en posesión de las fuerzas del orden (23 millones o 2.2 %). El informe también sugiere que un gran número de armas en posesión de civiles se encuentran en manos de pandillas y grupos armados no estatales. (Small Arms Survey, Karp, 2018a, b, c).
El total de armas de fuego aumenta continuamente a medida que las armas lícitas e ilícitas ingresan en el mercado. Como las armas de fuego permanecen en funcionamiento por varias décadas, la producción continúa añadiendo nuevas armas de fuego a las que ya se encuentran en uso. La evidencia reciente de Europa (Duquet, 2018) demuestra que se incauta un número mucho menor de armas de fuego del que ingresa a los mercados ilícitos. Por lo tanto, es difícil para los investigadores y profesionales en el área calcular el número real de armas de fuego.
Una forma de estimar el total de armas en circulación es analizar la producción anual y a los productores. De acuerdo al Small Arms Survey, existen aproximadamente más de 1 000 compañías en el mundo, ubicadas en un centenar de países, que producen y montan, por lo menos, un tipo de arma, así como cerca de 60 países en el mundo que tienen la capacidad de producir armas ligeras y sus componentes. Se cree que una docena de estos países puede producir armas ligeras avanzadas. Alrededor de 80 países son capaces de producir municiones. Con una producción anual de entre 700 000 y 900 000 armas de fuego, el análisis de las adquisiciones sugiere que la producción mundial de fusiles militares de asalto, carabinas, pistolas y ametralladoras ligeras y pesadas oscilaría entre 36 y 46 millones de unidades (Small Arms Survey, 2018).
La Tabla 1.2 enumera la producción mundial aproximada de dos de los tipos de fusiles militares más utilizados del siglo XX. Estas cifras revelan una producción combinada total de entre 47 y 112 millones de fusiles. Por ende, queda claro que hacer cálculos precisos es bastante difícil. Sin embargo, debido al tiempo de vida de un arma de fuego, se puede asumir que la mayoría de estas aún se encuentra en uso o en existencia.
Model | Modelo |
AK-47 (and very close derivatives) | AK-47 (y derivados bastante cercanos) |
M16 (and derivatives, including the M4 and C7/8) | M16 (y derivados, lo que incluye la M4 y C7/8) |
Production dates | Fechas de producción |
1950s onwards | 1950 en adelante |
1960s onwards | 1960 en adelante |
Production estimates (units) | Cálculos de producción (unidades) |
35-100 million* | 35 a 100 millones |
8-12 million | 8 a 12 millones |
*Currently unverifiable and plausibly a significant overestimate. | *Actualmente no verificable y plausiblemente un sobreestimado significativo. |
Sources: | Fuentes: |
1. AK-47: 35-50 million (Hart Ezell, 1995, p. 9: UN, 1997); 80-100 million (Kahaner, 2007, p. 2); 60-80 million (Kalashnikov, 2006, p. xv); 70-100 million (Karp, 2006, p. 55); 2. M16: 12 million (Karp, 2006, p. 55); fewer than 10 million (Chivers, 2010, p. 12); 8 million (Colt Defence LLC, 2011; excludes non-Colt weapons) | 1. AK-47: 35 a 50 millones (Hart Ezell, 1995, pág. 9: ONU, 1997); 80 a 100 millones (Kahaner, 2007, pág. 2); 60 a 80 millones (Kalashnikov, 2006, pág. XV); 70 a 100 millones (Karp, 2006, pág. 55); 2. M16: 12 millones (Karp, 2006, pág. 55); menos de 10 millones (Chivers, 2010, pág. 12); 8 millones (Colt Defence LLC, 2011; excluye a las armas que no son Colt) |
En su mayoría, el mercado mundial de armas de fuego y municiones se abastece de la producción industrial autorizada formalmente en fábricas que producen una cantidad menor y menos conocida de armas de manera artesanal o casera en talleres (UNODC, 2015). Estos productores de armas de fuego van desde empresas multinacionales que fabrican una amplia variedad de productos civiles y militares hasta compañías especializadas pequeñas o personas que solo producen un tipo específico de arma o componente. Los resultados de las investigaciones revelaron que la producción industrial es responsable del 95 % de la producción mundial, y la artesanal del 5 % (Bermann, 2011).
Como se puede ver más abajo en la Tabla 1.2, la mayoría de los países que más armas producen también se encuentran entre los que más exportan. mientras que varios otros países tienen una gran capacidad industrial, pero suelen responder a las necesidades del mercado interno. El Instituto Internacional de Investigaciones sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI), por medio de los supervisores de su proyecto de producción de armas, describe y analiza las tendencias y novedades sobre la producción de armas a nivel mundial. Como parte de este trabajo, SIPRI publica y mantiene la Base de datos de la industria de armas de SIPRI, la cual brinda información sobre los top 100 mayores productores del 2002 al 2017 en el mundo.
La producción artesanal hace referencia a las armas y municiones que se fabrican en cantidades menores de forma artesanal. Las armas de fuego artesanales van desde productos de alta calidad bastante regulados que fabrican artesanos autorizados (por ejemplo, la producción de réplicas caras de armas de fuego antiguas) hasta las armas de fuego que se producen de forma artesanal bajo poco o ningún control del Estado (Berman, 2011). La calidad de estas armas puede variar de manera considerable: desde pistolas de un solo tiro improvisadas y rudimentarias hasta copias de armas convencionales fabricadas de forma semiprofesional (Hays y Jenzen-Jones 2018).
Para varios países del mundo, la producción artesanal es una tradición desde hace mucho tiempo que está mínimamente regulada o que los gobiernos locales simplemente toleran. Esta práctica está bastante extendida en varios países de África Occidental, donde la producción artesanal de armas de fuego puede alcanzar una cantidad considerable y niveles de calidad y sofisticación relativamente buenos. Un ejemplo es Ghana, donde algunos armeros son capaces de producir fusiles de asalto (Berman 2011). Es prerrogativa de cada Estado determinar qué tipo de producción es legal y bajo qué tipo de circunstancias y condiciones. Por ejemplo, el Protocolo sobre armas de fuego, en virtud de los artículos 3 y 5, exige a los Estados parte conceder licencias o autorizar la fabricación de armas de fuego y hacer que su fabricación no autorizada sea un delito. Para su aplicación, sigue siendo responsabilidad del Estado identificar a los productores y establecer las condiciones para autorizar y conceder licencias para su producción, así como para tomar acciones legales de tipo penal en su contra.
Por el contrario, la UNODC 2015 define a las armas rudimentarias o artesanales como «armas de fuego artesanales o caseras, o toda arma de fuego que fue montada con partes y componentes que se fabricaron para otro uso o que pertenecían a otras armas» [cita traducida] (Estudio sobre armas de fuego del 2015 de la UNODC). Estos tipos de armas no se consideran legales.
A diferencia de la producción artesanal autorizada, son artesanos los que fabrican estas armas rudimentarias (artesanales improvisadas) en talleres, por lo general, careciendo de los estándares de calidad y fiabilidad necesarios. Las armas de fuego artesanales más comunes son las armas de mano de un solo tiro simples o las escopetas, que por lo general se improvisan de materiales comunes como tubos y resortes. Muchas armas de fuego artesanales simples necesitan recargarse manualmente después de cada tiro. Algunas se diseñan para solo disparar una vez y desecharse. Otras se fabrican en talleres semiprofesionales y, superficialmente, parecen idénticas a las armas militares automáticas. (UNODC, 2015).
Los tipos de armas rudimentarias suelen encontrarse en grupos delictivos fuera de zonas de conflicto, que no pueden acceder o costear la adquisición de armas regulares producidas industrialmente, en especial, en regiones en desarrollo (Hays y Jenzen-Jones, 2018). Varios países de América Latina informaron que incautaron una gran cantidad de este tipo de armas rudimentarias de grupos delictivos (UNODC 2015). Las investigaciones recientes han mostrado que la legislación estricta en la mayoría de los países desarrollados y el acceso limitado a armas producidas de manera industrial, por lo general, en países en desarrollo, se encuentran entre los principales motores del desarrollo y el uso de armas producidas de forma artesanal o improvisada (Hays y Jenzen-Jones, 2018).
Otra cuestión importante es el uso de armas de fuego modifican, transforman y reactivan de manera rudimentaria. El uso de armas de fuego transformadas y reactivadas en atentados terroristas en Europa es un ejemplo de cómo las armas de fuego improvisadas representan una alternativa cuando el acceso a armas de fuego producidas de manera industrial es limitado. El estudio "De lo legal a lo letal – Armas de fuego transformadas en Europa" que realizó Small Arms Survey en el 2018 confirma que la transformación de las armas de fuego se convirtió en un problema serio en Europa.
Otro método para calcular la dimensión del mercado mundial es supervisar su comercio autorizado, pese al hecho de que varios países que producen armas suelen abastecer solo a su mercado local en lugar de exportar. Estas armas de producción interna no se contabilizan en el cálculo del mercado mundial que se basa solo en la información sobre el comercio internacional.
La Base de datos estadísticos de las Naciones Unidas sobre el comercio internacional (UN Comtrade), un repositorio de estadísticas comerciales oficiales creado para promover una mayor transparencia en el comercio mundial, recopila datos aduaneros según lo que informan los Estados. Sin embargo, debido a que solo una minoría de los Estados presenta los datos sobre sus transacciones por este medio de manera regular, estas cifras reflejan solo una parte del comercio mundial y se necesitan fuentes y análisis adicionales y suplementarios para brindar un panorama mucho más completo.
Una de estas fuentes adicionales proviene de la labor del Instituto Noruego para la Paz y la Investigación (PRIO), a través de su Iniciativa Noruega sobre la Transferencia de Armas Pequeñas (NISAT). que recopila y analiza durante años una variedad de datos con base en UN Comtrade y otros datos sobre la importación y exportación, con el propósito de supervisar el alcance del comercio legal a nivel mundial. En el 2009, el PRIO inició un proyecto de investigación plurianual con un grupo de investigadores a fin de evaluar el comercio documentado e indocumentado. El estudio calculó que la cantidad total de comercio autorizado durante el periodo de 2009 a 2012 era de aproximadamente 8 500 millones de dólares al año. Este era casi el doble del monto que se informó en el UN Comtrade en el 2011. (Grybowski, Marsh y Schroeder, 2012). En el 2018, se publicó otra investigación académica, con base también en los datos de la NISAT y el UN Comtrade, que concluyó que se estimaba que el comercio internacional de armas pequeñas tenía un valor de por lo menos USD 6 000 millones solo en el 2014. El mismo estudio consideró que las municiones representaban el 38 % de las transferencias mundiales (Holtom y Pavesi, 2018).
El mismo estudio identificó los siguientes principales países importadores y exportadores para el mismo periodo:
Como se puede observar, algunos países figuran tanto como principales países importadores como exportadores, lo que muestra que el comercio mundial no es unidireccional, sino que varía en su complejidad de acuerdo a las fluctuaciones del mercado de oferta y demanda.
¿Cómo se vuelven ilícitas las armas de fuego? Debido a que la mayoría de las armas de fuego se producen de manera legal en un principio, es muy importante entender a través de qué métodos y medios dejan de ser legales e ingresan al plano de lo ilícito, así como identificar los factores de riesgo específicos que existen en cada etapa o momento diferente de su ciclo de vida.
Para poder detectar, prevenir y eliminar el hurto, pérdida o desvío de estas armas de fuego, los países deben implantar una serie de medidas de prevención y seguridad. Por ejemplo, el Protocolo sobre armas de fuego, exige a los Estados parte tomar las medidas adecuadas para aumentar la seguridad de estas armas de fuego al momento de su fabricación, importación, exportación o tránsito, así como para incrementar la efectividad del tránsito de sus controles de transferencia, mediante el control de fronteras y la cooperación aduanera transfronteriza (artículo 11 del Protocolo sobre armas de fuego). Además, considerando los altos riesgos de desvío al momento de las transferencias, el Protocolo exige que los Estados parte establezcan o mantengan «un sistema eficaz de licencias o autorizaciones de exportación e importación», así como «medidas aplicables al tránsito internacional, para la transferencia de armas de fuego, sus piezas y componentes y municiones» (artículo 10 del Protocolo sobre armas de fuego), y establecer como delito el tráfico ilícito de armas de fuego, sus partes y componentes y municiones sin autorización por parte de una autoridad competente, o armas de fuego sin marcar (artículo 3). Por lo tanto, de acuerdo al Protocolo, todas las transferencias de armas de fuego sin la debida autorización o que violen los requisitos de marcado deben considerarse ilícitas y tipificarse como tráfico ilícito según las leyes nacionales.
La línea divisoria entre las transferencias legales e ilícitas no siempre es fácil de establecer en la práctica y depende, entre otras cosas, de los marcos legales nacionales de todos los Estados involucrados en la transferencia (consulte los Módulos 3 y 4). Por lo general, se considera que existen tres tipos o etapas de transferencia, mencionadas en el Small Arms Survey (2001)como el «espectro de la legalidad»:
Transferencias legales o autorizadas: se refieren a todas las transferencias internacionales que los Estados importadores, exportadores o de tránsito autorizan de acuerdo a la ley internacional y nacional.
Transferencias ilícitas del mercado paralelo: implican algunos elementos de una transferencia autorizada mientras que otros aspectos podrían ser ilícitos, por ejemplo, si el importador o el exportador autoriza una transferencia, pero no ambos. Las transferencias paralelas también ocurren cuando, por ejemplo, los Gobiernos o sus agentes se aprovechan de los vacíos legales o eluden las leyes o políticas nacionales o internacionales.
Transferencias ilegales del mercado negro: todas aquellas transferencias que claramente violan las leyes nacionales o internacionales, que suceden sin el consentimiento o control oficial del Gobierno. Estas transferencias pueden involucrar funcionarios públicos corruptos que actúan por su cuenta para su beneficio personal. Estas incluyen casos de desvío y tráfico transfronterizo ilícito.
No todas las transferencias autorizadas son también automáticamente legales, ya que algunas transferencias autorizadas podrían violar la ley internacional (por ejemplo, las transferencias a un Estado bajo embargo de armas) (UNODC 2015). Por ejemplo, algún funcionario público podría haber aprobado transferencias ilícitas para su envío en función de declaraciones y documentos fraudulentos sobre la exportación y el envío, o porque el traslado se desvió hacia un usuario final ilegal mientras se dirigía al receptor autorizado.
A pesar de que la mayoría de las transferencias son legales (de 80 a 90 %, Small Arms Survey, 2011), también existen transferencias ilícitas, bien a través del mercado paralelo como se definió anteriormente, o a través del mercado negro, donde hay una clara violación de las leyes internacionales. Aunque representa un pequeño porcentaje del comercio mundial, el mercado ilícito se asocia con más daños emergentes en términos de daños y perjuicios, y se han identificado múltiples métodos de transferencia en este mercado.
Como se explicará más adelante en el Módulo 4, hay diferentes tipos y modalidades mediante los que un arma puede ingresar al mercado ilícito, pero, en principio, la mayoría puede agruparse en dos categorías principales: fabricación ilícita y desvío. Dentro de estos dos, se pueden distinguir distintos tipos de fuentes, incluidos los siguientes:
Para el propósito del presente módulo, basta con abordar las dos categorías principales, que son la fabricación ilícita y el desvío, mientras que el Módulo 4 ahondará en las diferentes subcategorías y fuentes.
Un arma puede entrar al mercado ilícito ya en la etapa de producción a través de la fabricación ilícita. Como se describió anteriormente, la mayoría de las armas de fuego producidas de manera casera no están autorizadas, por lo tanto, entran de forma directa al mercado negro, aunque una cantidad pequeña de armas artesanales son producidas de manera legal. Estas representan, en cifras, a una parte muy pequeña de las armas de fuego ilícitas.
Las armas de fuego también pueden ser fabricadas ilícitamente al obtener de manera lícita o ilícita piezas y componentes. Este fenómeno añade el submercado específico de las piezas de armas de fuego a la proliferación ilícita mundial de las armas de fuego. Asimismo, se considera ilícitas a las armas de fuego que no llevan una marca distintiva.
El Protocolo sobre armas de fuego define a la fabricación ilícita como: «la fabricación o el montaje de armas de fuego, sus piezas y componentes o municiones: (i) a partir de piezas y componentes que hayan sido objeto de tráfico ilícito, (ii) sin licencia o autorización de una autoridad competente del Estado parte para que se realice la fabricación o el montaje o (iii) sin marcar las armas de fuego en el momento de su fabricación, de conformidad con el artículo 8 del presente Protocolo» (artículo 3 del Protocolo sobre armas de fuego).
De conformidad con lo anterior, se puede establecer que las armas de fuego modificadas ilícitamente para aumentar su rendimiento, las armas convertidas o reactivadas también entran en la categoría de fabricación ilícita de acuerdo con el Protocolo sobre armas de fuego, ya que es más probable que el proceso de su transformación se lleve a cabo sin licencia o autorización de una autoridad competente.
El desvío es el término utilizado para el traslado —ya sea físico, administrativo o de otro tipo— de un arma de fuego desde el ámbito legal al ilícito (MOSAIC, antes ISACS, 2014). A pesar de que esta forma de tráfico ilícito no necesariamente requiera del traslado físico transfronterizo de las armas, frecuentemente se origina de una transferencia autorizada de armas que de alguna manera «sale mal».
No existe una única forma de desvío de las armas de fuego: Las armas de fuego pueden desviarse durante el envío de un lugar a otro, por ejemplo, cuando se utiliza documentación falsa para facilitar la transferencia de dichas armas a un destino no autorizado por el gobierno exportador. También es muy sabido que las armas que se almacenan pueden ser desviadas, por ejemplo, a través del robo de las armas ubicadas en un depósito. Los comerciantes o agentes ilícitos que organizan los elementos necesarios para un envío ilícito pueden facilitar el tráfico transfronterizo o el desvío de las armas de fuego. Las armas de fuego en posesión legal pueden perder esa condición si el propietario pierde la licencia o no las mantiene registradas (UNODC, sin publicar).
Existen diferencias significativas en la envergadura y la complejidad de las distintas formas y casos de tráfico ilícito. Algunas investigaciones criminológicas revelan que una fuente importante del tráfico ilícito de armas de fuego ocurre en pequeña escala e involucra métodos poco sofisticados, como que se transporten unas cuantas armas de mano a través de una frontera, escondidas en la ropa, el equipaje o en los medios de transporte —el denominado comercio hormiga—. El frecuente tráfico a pequeña escala puede mover en conjunto cantidades enormes de armas de fuego y municiones con el tiempo, y puede tener un gran impacto en la seguridad, como es el caso, por ejemplo, del tráfico de armas de fuego entre las fronteras de México y los Estados Unidos, o desde los Balcanes Occidentales hacia Europa. En otros casos, los traficantes ilícitos se organizan para realizar envíos de armas a gran escala, que alcanzan cientos de toneladas o más, y que evaden numerosas fuerzas del orden nacionales. Frecuentemente, dichos envíos ilícitos grandes se asocian con el suministro a las partes involucradas en un conflicto armado o los envíos a destinos sujetos a embargo. (UNODC, sin publicar).
Así, el desvío puede ocurrir en cualquier momento del ciclo de vida de un arma de fuego, lo que plantea varios retos en cuanto a su control. Un fenómeno documentado es el desvío de existencias, ya sean civiles o nacionales (es decir, del Gobierno). El gráfico debajo ilustra los diferentes tipos de existencias y sus formas relacionadas de desvío.
THE NATIONAL STOCKPILE | LAS EXISTENCIAS NACIONALES |
THE CIVILIAN STOCKPILE | LAS EXISTENCIAS CIVILES |
Manufacturer | Fabricante |
Depot | Depósito |
Barracks | Cuarteles |
Personnel | Personal |
Manufacturer | Fabricante |
Wholesaler | Comerciante mayorista |
Gun shop | Tienda de armas |
Homes | Hogares |
Localized crime | Delincuencia localizada |
Organized crime | Delincuencia organizada |
Major non-state armed groups, insurgents, and terrorist organizations | Principales grupos armados no estatales, insurgentes y organizaciones terroristas |
States in conflict, under arms embargo, or other restrictions curtailing state-sanctioned transfers | Estados en conflicto, bajo embargo de armas u otras restricciones limitan las transferencias sancionadas por el Estado |
ILLICIT MARKET | MERCADO ILÍCITO |
LEGAL MARKET | MERCADO LEGAL |
Un tipo especial de desvío de armas son las pérdidas catastróficas, que están asociadas con el gran colapso de la autoridad, especialmente con el colapso del Estado (Bevan, 2008). Difieren en escala y velocidad e involucran la pérdida del control sobre cientos de miles, a veces millones, de armas, que generalmente son la mayor parte o la totalidad de las posesiones de un Estado o grupo armado, perdidas en días o semanas. Tales acontecimientos suelen ser transformadores y exacerban el conflicto armado. Un ejemplo usado con frecuencia son los acontecimientos que afectaron a Libia después de la caída del régimen de Gadafi en el 2011, cuando miles de armas cayeron en manos de grupos armados no estatales y de traficantes.