El modelo empresarial de la delincuencia organizada creció de la comprensión de que el marco regulatorio y los factores económicos eran los determinantes principales detrás de la formación de los grupos delictivos organizados. Se encontró que los grupos delictivos organizados estructuran sus actividades ilícitas en torno a las demandas de los consumidores, por ejemplo, de drogas ilícitas, armas de fuego o propiedad robada. Los grupos encuentran maneras de suministrar esos bienes y servicios mientras navegan entre los riesgos que plantean los organismos encargados de la aplicación de la ley, así como también los competidores legales e ilegales (p. ej., otros productos y grupos ilícitos). Su objetivo final es generar ganancias con base en estas actividades.
La delincuencia organizada versus los negocios legítimos Según la perspectiva empresarial, los grupos delictivos organizados se forman y prosperan de la misma manera que los negocios legítimos: responden a las necesidades y demandas de los proveedores, consumidores, reguladores y competidores. La única diferencia entre los grupos delictivos organizados y los negocios legítimos es que los delincuentes organizados trafican con productos y servicios ilegales, mientras los negocios legítimos normalmente no hacen eso (Smith, 1980; Smith, 1990). |
El modelo empresarial de delincuencia organizada se enfoca en cómo las contraprestaciones económicas son el núcleo de la formación y el éxito de los grupos delictivos organizados, de manera más significativa que las contraprestaciones jerárquicas o culturales. El modelo empresarial cataloga los intereses económicos como la causa principal de la conducta de la delincuencia organizada. Por ejemplo, en un estudio de mercados de drogas se encontró que los grupos estaban conformados por «empresarios individuales y organizaciones pequeñas más que burocracias masivas o centralizadas», las cuales eran de naturaleza «competitiva» más que «monopolística» (Adler, 1985).
Otros estudios encontraron que los grupos delictivos de menor escala son los que suministran los bienes ilegales, y resaltaron que la economía ilegal funciona como la legal: involucra la oferta y la demanda, las preferencias del consumidor y la competencia. Estos factores, más que las relaciones que se basan en los vínculos jerárquicos o culturales, dictan la operación y la organización de los grupos delictivos organizados (Paoli, 2002; Rege y Lavorgna, 2017). El modelo empresarial entiende por grupos delictivos organizados el producto de las fuerzas del mercado ilícito, similar a aquellas que hacen que las empresas legítimas prosperen o desaparezcan en el sector legal de la economía (Gottschalk, 2009; Reuter, 1983; Reuter, 1993; Windle, 2013; Yeager, 2012). La importancia crucial de las relaciones económicas, más que las personales, se manifestó incluso en los relatos de asesinos a sueldo, quienes la describían como un aspecto fundamental para beneficiarse de una manera violenta de vida y sobrevivir a esta (Shaw, 2017; Carlo, 2009).